Pasan los años y cada vez es mayor la magnitud que va adquiriendo el 12 de septiembre en El Viso del Alcor. Una jornada, a todas luces, de otra dimensión, como reza este titular, si bien el alcance de estas Fiestas Patronales de un tiempo hacia atrás trasciende la fe, que no deja de ser el principio y el final de todo lo que en estos días envuelve a El Viso y a su gente.
Pero va más allá. Y todo ello se acentúa con Santa María del Alcor en la calle. Una procesión en mayúscula, hecha a la medida de los visueños y que no excluye al visiante, al contrario, lo atrapa. Una procesión rica en detalles. Un trono con luz propia. ¡Y vaya manera fina y elegante de andar!
Fueron una seis horas de emociones continuadas. Desde un rezo o cante en uno de los muchos balcones engalanados en la localidad, a una cuidada y preciosa alfombra de sal en calle Real. A los constantes vítores que emergen desde el corazón de los visueños, a la parada siempre íntima de la Virgen en la residencia de mayores.
Y el saludo al Convento y a la Capilla. Una procesión que tuvo una primera vez: Santa María del Alcor, frente a frente, de trono a monumento, antes de adentrarse en calle Rosario. Fue sin duda el instante más fotografiado de una noche para el recuerdo. El broche de oro se pondrá este domingo con la romería en honor a Santa María del Alcor. El Viso puede y debe presumir al mundo entero de sus Fiestas Patronales.