Los padres de los alumnos reubicados en el colegio Gil López han mandado un escrito a la delegación provincial de Educación exigiendo una pronta solución a la problemática del centro, con grietas en aulas y en el patio del colegio.
Con el respaldo de casi mil firmas recogidas, en el escrito se destaca las carencias que hay en el centro como consecuencia de la reubicación de los tres grupos de alumnos afectados por las grietas y también “el incumplimiento de la normativa”, se detalla, en materia de seguridad, con un alto riesgo de desplome de algunas paredes. Además, se asegura que dichas grietas van en aumento y que existe un informe municipal en el que se desaconseja que se den clases en estas condiciones.
«EL PROBLEMA DE LAS GRIETAS NO ES EL TAMAÑO, SINO QUE ESTÁN CRECIENDO»
En verano se decidió, antes que retrasar el inicio de las clases, reubicar a los alumnos perjudicados por la aparición de estas grietas en sus aulas. Así se informa desde la dirección del centro a los padres y madres de estos alumnos, quienes sí advierten “que las condiciones en la que están los niños no son las adecuadas” y que debería haber “una rotación” de los alumnos, cosa a que lo no cede la dirección del centro “por cuestiones de organización”. Esta reorganización produce a su vez que no se disponga de aula multiusos y de música, que haya un aula matinal compartida y que la biblioteca haya tenido que reducirse.
“Nos vemos en la obligatoriedad para que de alguna manera se estudie y se arregle la situación porque el problema de las grietas no es el tamaño, sino que están creciendo y hay un problema estructural de cimentación”, comenta José Manuel Muñoz, uno de los padres. Se pide, pues, una pronta solución a la problemática y también “igualdad de condiciones y seguridad” para los alumnos.