Se cumplen 400 años de la finalización de las obras y consagración del templo mercedario.
En este mes de junio el convento del Corpus Christi conmemora una efeméride muy importante: 400 años de la finalización de las obras y consagración del templo mercedario.
Según recogen las crónicas de la orden de la Merced, apunta el historiador local Ángel Martín, en junio de 1617, gracias al patrocinio de la IV Condesa del Castellar, Beatriz Ramírez, se abrían las puertas del templo.
Por entonces el aspecto que presentaba el inmueble era distinto al que se puede observar en la actualidad. Según las crónicas de Fray Pedro de San Cecilio la mayoría de los retablos vigentes no existían. De hecho, de las edificaciones originales sólo se conservan el claustro y escalera del convento, y la Iglesia, la cual posee el coro y la espadaña del campanario, añadidos posteriormente, además de que el Retablo Mayor no es el primigenio de yesería, sino que es una pieza en madera obra del tallista sevillano Juan Cano y realizada en 1762.
Un templo que ha sabido resistir los avatares del tiempo así como factores históricos como el terremoto de Lisboa o la desamortización. En cuanto a su patrimonio, según detalla Martín, el convento sufrió pérdidas de piezas litúrgicas en la desamortización, aunque en los últimos años distintas obras han recuperado algunos espacios que se encontraban ocultos, como la cripta que se ubica bajo el altar mayor. Otro hallazgo recuperado en Madrid fueron los dos retratos de los benefactores del convento.
Un templo que 400 años después presenta un aspecto brillante y muy cuidado, en parte por la labor de la hermandad de Jesús Nazareno, como responsable del cuidado del templo.
