Comerciantes y Ayuntamiento se reúnen para regularizar la situación de aquellos vendedores que, aseguran, se sienten “perjudicados” por la aplicación de la nueva ordenanza municipal.
El mercadillo de los martes en avenida Carlos Cano lleva dos semanas sin que todos sus puestos (casi cincuenta en total) estén montados. La razón, la reunión que están manteniendo con el Ayuntamiento algunos de los comerciantes que, aseguran, se sienten “perjudicados” con la aplicación de la nueva ordenanza municipal. “Aquí por desidia administrativa nos podemos ver sin licencia para montar”, detalla a este medio uno de los vendedores ambulantes. “No queremos favores, sólo que no se nos meta en el mismo paquete cuando hay gente que lleva aquí treinta años vendiendo y cumpliendo con todo lo que se nos ha pedido”, apunta. Una nueva ordenanza, avanza, “demasiado estricta” y que dejaría en una situación “irregular” a veinte de los comerciantes que cada semana montan sus puestos en el mercadillo. “Con esta normativa, el cambio de titularidad sólo se puede realizar por defunción, jubilación o jubilación”, por eso solicitan que este nuevo reglamento “no tenga carácter retroactivo”.
Una situación intermitente que está dando lugar a conflictos internos entre los propios vendedores. “Pedimos solidaridad y unión entre nosotros”, comenta. De ahí, que si han pasado este martes o el anterior por avenida Carlos Cano, habrán encontrado algunos puestos montados, y otros no. Del mismo modo, aseguran que han encontrado “una buena disposición” por parte del Ayuntamiento para alcanza un acuerdo. “Necesitamos su ayuda”, apostilla. Y sobre una futura ampliación del mercadillo a doble cara, “ya nos echaron de calle Pozo por motivos de seguridad, y aquí pasaría lo mismo si lo hacemos así”, finaliza.