La hermandad de la Sagrada Entrada cumple con su estación de penitencia tras una jornada marcada por el sol de una tarde que fue radiante y que contrarrestó con la lluvia de por la mañana.
Era la jornada que peor salía parada en los pronósticos meteorológicos para este arranque de Semana Santa pero el Domingo de Ramos, especialmente por la tarde, salió adelante y la cofradía de la Sagrada Entrada cumplió con creces con su estación de penitencia por las calles de la localidad.
Pasaban unos minutos de las cinco de la tarde cuando se abrieron las puertas de la parroquia de Santa María del Alcor y las calles de la localidad se teñían del blanco de los nazarenos de la hermandad de la Sagrada Entrada. Casi 200 penitentes han formado el cortejo.
Poco después, el misterio de la Sagrada Entrada cruzaba el dintel de la puerta con una chicotá que Antonio Jesús Muñoz, capataz general de la cofradía, dedicaba a su padre, recientemente nombrado Hermano Honorario de la hermandad. Un misterio que ha estrenado el dorado de todo el canasto y que ha sido acompañado musicalmente por la banda de cornetas Cristo de la Victoria de León, que ha aprobado con nota en su estreno en la Semana Santa visueña.
Y poco antes de las seis se ponía en la calle el palio neoclásico de la Virgen de la Paz. La imagen que tallara Luis Álvarez Duarte cumple 20 años de su llegada a la localidad y lució por vez primera una toca de sobremanto compuesta por una mantilla de chantilly. El viento hizo complicado que la candelería se mantuviera encendida al completo y como anécdota, uno de los auxiliares tuvo que aprovechar una de las paradas en calle Calvario para ajustar la corona de la Virgen.
Un paso de palio al que se le ha restado altura (unos 10 centímetros por varal) para compensarlo con la anchura de la parihuela. También ha presentado la candelería un nuevo replanteamiento, quedando un poco más distanciada de la imagen por motivos de seguridad.
Paradas obligatorias fueron los saludos a la capilla, con petalada incluida a la Virgen, y convento, con chicotás que levantaron los aplausos del público. A la llegada de la noche, la comitiva discurrió por calle Colón, única cofradía que lo hace en esta Semana Santa. Y sobre las 10 de la noche, se regresaba a la parroquia de Santa María del Alcor. La Virgen de la Paz lo hacía con una última chicotá dedicada a la hermandad de El Rocío de El Viso, por su nombramiento como filial, sonando por ello la marcha Rocío. Fueron momentos de mucha emoción.
Atrás queda otro Domingo de Ramos que ha sido radiante y con una estación de penitencia que vuelve a evidenciar el crecimiento vertiginoso que experimenta la hermandad de la Sagrada Entrada. Comienza ya una nueva cuenta atrás hacia otro Domingo de Ramos. Será el 14 de abril de 2019.