La hermandad de Vera Cruz y Rosario agranda la Semana Santa de El Viso

Crucificado de la Vera Cruz por calle Conde. Imagen: Vera Cruz

Todo un acierto el discurrir de la cofradía por las calles Manuel Jiménez León, Conde y Feria.

El Jueves Santo se consumaba con la Virgen del Rosario entrando en la capilla que toma su nombre. Ocurrió pasada la medianoche. Atrás quedaban horas radiantes, desde bien temprano, porque por la mañana la Capilla del Rosario fue un hervidero de público contemplando los dos pasos que luego, por la tarde, la cofradía puso en la calle cumpliendo con su estación de penitencia, que no llegó a las seis horas pese a la modificación en su recorrido.

Porque la jornada dejó estampas inéditas con el discurrir de los nazarenos de Vera Cruz y Rosario por las calles Manuel Jiménez León, Feria y, especialmente, Conde, que estuvo engalanada para la ocasión y en la que se cantaron varias saetas a las imágenes titulares. Todo un acierto este cambio de recorrido que viene a agrandar la Semana Santa visueña.

La Virgen del Rosario salió a la calle a los sones de la marcha Rocío después de una primera chicotá dedicada a la hermandad de El Rocío de El Viso tras ser recién nombrada filial de Almonte. Estuvo acompañada, y van veinte años, por la banda de Santa María del Alcor, que despidió al palio del Jueves Santo a los sones de Campanilleros y con la Virgen, como es habitual, en una entrada que parecía no tener fin y que levantó los aplausos del público en más de una ocasión.

El crucificado, como es de costumbre, con su andar tan característico, siempre de frente y con revirás muy trabajadas. En el cortejo se estrenó también el nuevo banderín del Grupo Joven.