Otro multitudinario 12 de septiembre que lució en todo su esplendor. De dar la bienvenida se encargó María Falcón con su emotiva felicitación a la Virgen. Era medianoche y los fuegos artificiales anunciaban el comienzo del día grande en El Viso del Alcor. Por delante, la madrugada de más bullicio del año en la localidad con los vecinos ocupando sus calles y plazas para tomar el tradicional chocolate. Unos momentos de confraternidad entre amigos y familiares que se repitieron por la tarde, como de costumbre, para degustar el potaje.
Por la mañana, se celebró la Función Principal con una iglesia parroquial abarrotada de público y sin solución de continuidad, a las ocho y media de la tarde, comenzaba la procesión de Santa María del Alcor por las calles de El Viso del Alcor. Una procesión que se alargó casi a las seis horas y que dejó muchos momentos emotivos y para el recuerdo.
Uno de ellos fue cuando la Virgen cruzó por vez primera el arco instalado al inicio de calle Real. Un arco que ha donado el coro Santa María del Alcor y en el que se recuerda el nombramiento, en 1939, de la Virgen como Alcaldesa Perpetua de El Viso. El propio coro aprovechó esta inédita estampa para cantarle a la Virgen. Unos metros antes, en la plaza Claudio León, se entonaron cantos rocieros. Una parada especial por motivo de ese primer Rocío como filial que ha hecho en este 2018 la hermandad de El Rocío de El Viso.
Más adelante, minutos de recogimiento con la llegada de la Virgen a la residencia de mayores San Pedro Nolasco, el canto del coro Aroma de Nardo y varias petaladas que hubo a lo largo de una calle Real adornada especialmente para la ocasión. Pero los minutos de más ebullición llegaron con el tránsito del templete de Santa María del Alcor por calle Rosario.
Especial fue, como es habitual, el saludo de la Virgen a la capilla del Rosario y el paso por los dos arcos instalados en esta arteria principal de la localidad. Uno de ellos, renovado para la ocasión, rememora la coronación canónica de Santa María del Alcor en 2005. El otro, cuando el Ayuntamiento procedió a la entrega de la medalla de oro a la imagen que tallara Manuel Cerquera en 1939 y que lucía por vez primera el manto que ha donado el hermano Diego Muñoz.
Un manto que sigue un diseño basado en los ropajes de la corte española y que, como singularidad, tiene integrada la toca de sobremanto en su parte superior hecha en malla de oro. Las petaladas también se extendieron por toda la calle Rosario y otro momento esperado fue el canto del marchenero Antonio Lebrón a la Virgen. Pasada las dos de la madrugada, la imagen regresaba a la Iglesia Parroquial a los sones de la banda de Santa María del Alcor.