Aunque el agua no acabó apareciendo, y de manera muy tímida, hasta las últimas horas del día, la Junta de Gobierno de la Hermandad de El Cautivo, poco después de las 19:30 horas, acabó tomando la decisión de suspender la estación de penitencia del Señor Cautivo y la Virgen de la Amargura por las calles de la localidad. La información consultada daba una alta probabilidad de que lloviese en torno a las 11 de la noche en la localidad. Y el Hermano Mayor, José Manuel Pérez, lo explicaba en los micrófonos de Doce TV. Pese a que se había barajado la posibilidad de acortar el itinerario y de tomar un mayor ritmo en la calle, “no había certeza de que pudiéramos estar dentro antes de que apareciera el agua”, apuntaba.
Una decisión que siempre es difícil de tomar y más en un contexto ideal para el denominado ‘efecto dominó’, ya que hasta ese momento no había caído ni una sola gota de agua (sí hacía mucho viento y el cielo estaba encapotado) y, por ejemplo, en la vecina localidad de Mairena del Alcor sí que se puso en la calle la hermandad homónima de El Cautivo. En Sevilla la jornada seguía la hoja de ruta marcada pero con la caída de la noche todo empezó a precipitarse. En la capital se vieron estampas (cofradías dándose la vuelta, otra refugiándose en otros templos) que, precisamente, era lo que se quería evitar en la cofradía visueña. Tanto por el patrimonio humano como por artístico.
El Miércoles Santo ha sido, historiadamente, una jornada beneficiada por las inclemencias meteorológicas pero para la ocasión no ha sido así. No obstante, y después del rezo del vía crucis en el interior de la Parroquia, las puertas quedaron abiertas y fueron muchos los visueños y las visueñas que quisieron acompañar a los hermanos y a las hermanas de El Cautivo. Habrá que esperar a 2020, año especial porque será el cincuentenario fundacional de la hermandad.