Viernes Santo mañana: como si no hubiera pasado el tiempo

Los dos pasos de la cofradía en el Monte Calvario. Imagen: Hermandad de Jesús Nazareno

La mañana de este Viernes Santo ha repetido los patrones del anterior. Con matices, pero con un mismo final al recortar la cofradía del Señor de El Viso por calle Pintor Juan Roldán. Esta vez no hubo que retrasar el inicio de la estación de penitencia (como sucedió en 2018) aunque con la cruz de guía buscando la capilla del Rosario la comitiva acortó su itinerario. Los partes meteorológicos anunciaban un adelanto del riesgo de lluvia y, encima, las cofradías que cerraban la Madrugá sevillana decidían volver antes de lo previsto por una misma razón. El agua, como sucedió el Miércoles Santo, no apareció pero por prudencia la hermandad de los nazarenos de El Viso decidió hacer lo mismo que el año anterior, tomar por calle Juan Pintor Roldán. Así, pasada las dos de la tarde regresaba en su totalidad la cofradía a la iglesia conventual.

Se hizo corto, a hermanos y también al público, pero al menos se volvió a hacer estación de penitencia y se cumplió con la tradición de subir al Monte Calvario, donde tuvo lugar nuevamente el Sermón de Jesús. Pese a estas circunstancias, la cofradía dio otra lección de saber estar y compostura en las calles. Entre las novedades, la Virgen del Mayor Dolor, que ha protagonizado el cartel anunciador de esta Semana Santa, ha procesionado con un ajuar que ha recordado a una fotografía de finales del siglo XIX, luciendo la saya más antigua de la localidad, restaurada para la ocasión y que data de 1711. Momentos emotivos, como de costumbre, en la salida y en la entrada de la cofradía.