Tras el éxito de ‘El tahúr ausente’, Damián Patón vuelve al terreno literario con ‘Las flores del asesino’, con una temática muy distinta a la de su primera novela pero en cuyas páginas podemos encontrar esa consciencia de autoría y estilo que le hace único.
En esta novela, Patón se centra en unos asesinatos que fueron ocultados a lo largo de varias décadas por los poderes facticos. Esta cadena de crímenes comienza en una aldea de Orense, donde mueren misteriosamente toda una familia monoparental: dos mujeres, (madre e hija) y dos bebes. La historia criminal se repite a lo largo de varias décadas, desembocando en el año 2014.
A partir de ese momento, la ocultación de los asesinatos, como la misteriosa y desconocida autoría de los asesinos, empujan a los poderes facticos a detener este carrusel de crímenes, hasta el momento permitidos, resguardándolos bajo la alfombra de las apariencias.
Entre los personajes que forman parte de esta novela, destacamos a Gregori Bernart, crítico de arte y psicólogo clínico; el joven periodista Miki, del periódico El Semanario y su jefe de redacción, Néstor y a Yago, asesino y traficante de obras de arte, así como políticos y policías que se verán involucrados en esta investigación y de los que conoceremos sus inquietudes y su manera de afrontar los crímenes. La novela está divida en capítulos, no demasiados largos, confeccionada “para leer con comodidad y escrita para divertir con profundidad”, como argumenta su autor.
