La Hermandad de Jesús Nazareno abre este domingo las puertas del Convento para dar a conocer a sus hermanos y devotos cómo luce María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso una vez restaurada tras un proceso de intervención que ha durado cinco meses. Para llevar a cabo este importante proyecto se conformó una comisión técnica e interdisciplinar que se ha encargado de supervisar todo el proceso conservativo.
Inicialmente, la sagrada imagen fue trasladada al taller de la conservadora y restauradora Esperanza Fernández Cañero, quien realizó diversas catas sobre el estrato pictórico que poseía la efigie mariana. Tras ello, se pudo comprobar el porcentaje de la policromía original, presentando la imagen diversas lagunas pictóricas, existiendo hasta tres capas de distinta calidad y época. Reunida la comisión técnica, se decidió reintegrar la encarnadura conforme a la tonalidad de la policromía más antigua conservada.
Los trabajos continuaron en el taller del escultor Ramón Cuenca Santo, en el municipio alicantino de Cox. La talla presentaba una posición incorrecta, viéndose conveniente el cambio de candelero, por lo que se pudo comprobar el movimiento primitivo de la Santísima Virgen, mirando levemente hacia la imagen de San Juan Evangelista, decidiendo recuperar su posición primigenia.
Seguidamente se procedió a eliminar los distintos añadidos que desvirtuaban la correcta lectura de la obra y la calidad de la talla, que el autor realizó en su época y fueron alteradas en distintas intervenciones que sufrió la efigie. Finalmente, se actuó sobre la encarnadura del rostro y manos, respetando las tonalidades primitivas, el valor histórico de la obra y su antigüedad.
Con esta intervención queda corroborada la extraordinaria calidad de la talla, que fue realizada conjuntamente con la escultura de San Juan, durante el último tercio del siglo XVII, siendo su autoría desconocida, pero de gran valía artística, recuperada para el patrimonio de El Viso. De esta forma, la Hermandad certifica «que nos encontramos ante la dolorosa documentada más antigua de la localidad, cuyas referencias históricas datan de, al menos, 1711, con un culto continuado hasta nuestros días».