Fue una jornada para la historia pese a que las inclemencias meteorológicas alteraron lo ideado en un principio desde la propia Hermandad de la Sagrada Entrada. A las cinco se ponía el cortejo en la calle y con un ritmo acelerado llegaba la Virgen de la Paz a las puertas del Ayuntamiento, donde llegó el momento culmen con la imposición de la medalla de oro de la Villa con motivo del 25 aniversario de su llegada y bendición.
Poco después comenzaba se reanudaba la procesión con las primeras gotas de agua, lo que hizo que el cortejo, tras pasar por calle Convento e iniciar calle Real, acortaba el itinerario por calle Colón y entrar la Virgen en la capilla del Rosario, donde estuvo resguarda algo más de una hora.
Ya sin la presencia de agua, se pudo al menos poner un broche de oro a un día señalado con un breve pero intenso recorrido de la Virgen por calles Rosario y Santa María del Alcor hasta la llegada a la Iglesia al filo de las once de la noche. Para la ocasión, la Virgen de la Paz procesionó en su paso, pero sin el palio, con piezas de candelería y candelabros de madera dorada, con flores en tonalidades blancas.