Ha aparecido como extra en el capítulo final de la séptima temporada.
A sus 32 años Manuel de la Flor intenta hacerse un hueco en el siempre difícil mundo de las artes dramáticas. Un visueño que decidió emigrar hasta Madrid, donde reside desde octubre de 2016. “Cuando llegué a Madrid, pues lo básico, empecé a buscar agencias de representación, casting para publicidad y hacer figuraciones” y así fue como apareció en series de televisión como Mar de Plástico y La Catedral del Mar.
Caprichos de la vida, al poco de mudarse a la capita, “me salió trabajo en Sevilla con una compañía teatral que realiza montajes en francés y con la que estuve de gira por España durante dos meses y medio con Cyrano de Bergerac, teniendo la posibilidad de encarnar al propio Cyrano”, detalla. Le vino bien, añade, “haber cursado tercero como Erasmus en Bruselas”. Más recientemente ha grabado con Televisión Española un capitular para Sabuesos, aún por estrenar y anda en la producción y dirección del clásico de Dickens ‘Un cuento de Navidad’.
Pero en esta todavía incipiente carrera, Manuel de la Flor puede presumir con orgullo de haber conseguido aparecer como extra en la que para muchos es considerada “como la mejor serie de la historia”, Juego de Tronos. Así relata su vivencia para este medio.
“Mientras grababa con Mar de Plástico una pequeña aparición capitular me llamaron desde la empresa que llevaba Juego de Tronos en España. O no hay trabajo o se junta todo en el mismo tiempo. Estaban con la prueba de vestuario en Sevilla y les faltaba un extra. No me decían para qué por temas de confidencialidad, así que sólo pregunté que si me tenía que pelar o afeitar y me dijeron que no, por lo que puse a la mañana siguiente rumbo a Sevilla. Con la prueba de vestuario comenzaron los primeros spoilers: iba de dothraki y llevaba puesto elementos de la casa Lannister. Sólo estar entre tanto vestuario daba alegría. A la semana siguiente comenzamos a rodar. La primera cita era a las 5. 30 de la mañana para vestuario, maquillaje y peluquería. Desde ese local, autobús para el set de rodaje. Sobre las 8 estábamos en Itálica y comenzamos a cruzarnos con los primeros actores ‘famosos’: Kit Harington (Jon Snow), Nikolaj Coster (Jaime Lannister), Emmanuel Nathalie (Missandei)….y así uno tras otro. Cuando nos dimos cuenta estaban casi todos los personajes principales, por lo que la escena a rodar sería de las más importantes. Luego nos enteramos de que sería el último capítulo. Los dos primeros días de rodaje fueron de auténtico sufrimiento para nuestros pies. Llevábamos botas con tacones altos y estuvimos todo el tiempo caminando, para repetir una y otra vez, para mil tomas diferentes, y lo que serían luego 10 segundos o 15 de edición final. Incluso Kit me preguntó que cómo tenía los pies. ¡Jon Snow me habló! Parecía un adolescente. De los más simpáticos, el actor que encarnaba al nuevo Khal. Lo mejor del rodaje: el buen ambiente que se respiraba, la profesionalidad de los actores y del equipo técnico, la inversión económica desplegada, ver cómo cobraba vida un caminante blanco y los dragones. El carácter tan jovial, alegre y festivo de la actriz que encarna a la Khalesi, y las anécdotas que se iban sucediendo con los actores más cercanos a nuestras posiciones en escena. Nueve días de rodaje, una media hora de capítulo, creo recordar, y una historia para toda la vida. Para repetir sin duda”, detalla.
Y tanto, pero de momento, ahí queda para el recuerdo y también para orgullo de un pueblo que puede decir que uno de los suyos ha formado parte de este éxito mundial.