José Fernández Jiménez, ‘El Marqués’

Todos los años en el día de los difuntos suelo pasear por nuestro Campo Santo. Cuántos personajes conocidos, otros olvidados y cuántas historias. Paseo lentamente y reconozco a muchos personajes queridos y conocidos. De pronto me acerco al panteón familiar que existe al entrar a la izquierda, panteón que hizo construir mi tatarabuelo Manuel Jiménez Cadenas en 1891. Detrás del monolito con la cruz descubro para mi sorpresa una loza de cemento con la siguiente inscripción: “Lo hizo José Fernández Jiménez maestro de obras de esta villa”. La curiosidad me lleva a descubrir al personaje y después de comentar con sus familiares veo que merece la pena rescatarlo del olvido.

Empiezo a dar a conocer su marquesado. No se lo otorgó ningún rey, se lo otorgó el pueblo soberano, pues fue un personaje que vestía y vivía como un marqués, de ahí el mote todavía vigente que heredaron sus hijos. Nace en El Viso en el año 1852, hijo de José Fernández y de Marina Jiménez. Estuvo casado en primeras nupcias con Dolores Ojeda, de la que le sobrevivió una hija llamada Rosario Fernández Ojeda. Para mejor situarnos, su hija contrajo matrimonio con Juan Manuel León Ríos, que fue veterinario de nuestro pueblo y alcalde desde 1943 hasta el año 1956.

Al quedarse viudo contrae nuevamente matrimonio con otra visueña llamada Natividad Burgos Oliva, de esta unión le sobrevivieron dos hijos Jesús y José María Fernández Burgos, el primero contrajo matrimonio con una visueña hija de don Sebastián Rubio, que fue secretario del Juzgado Municipal y se trasladó por motivos de trabajo a Sevilla, y José María ejerció en nuestro pueblo como médico. Éste falleció en el año 2004 y fue el último hijo que llevó su mote, ‘José María del Marqués’. Muere ‘El Marqués’ el día uno de abril de 1942 a la edad de noventa años, y según el certificado de defunción su último domicilio fue la casa número siete de la actual calle Corredera, de la que ya hablaré más adelante.

Consta que de ambos matrimonios tuvo más hijos según el Registro de enterramientos de nuestro cementerio municipal, que están inhumados en el nicho número 35 entrando por el pasillo central a la izquierda, hoy convertido en una sepultura familiar en la que solo figura en la lápida ‘Familia Fernández Burgos’. En sus noventa años de vida este personaje realizó muchos negocios y participó en muchas instituciones, tanto políticas como sociales. Para no enredar mucho esta pequeña biografía iré dando forma apartado por apartado.

SOCIAL
En lo social figura en 1904 como miembro de la Junta provisional del Montepío Obrero, figurando como vocal de Industria y Comercio. Ese mismo año aparece como miembro dela Asociación de Caridad y Socorros Mutuos, siendo fiscal de dicha entidad y como representante-delegado del Señor Cura Párroco.

POLÍTICA
En 1905 aparece como Concejal del Ayuntamiento y se sabe que fue elegido por el partido Conservador. En 1917 vuelve a ser concejal por el mismo partido y fue en esas elecciones el concejal más votado. En 1930, tras la dimisión de Miguel Primo de Rivera, comienza un periodo transitorio entre la dictadura y la II República y se forma un gobierno local en cumplimento del Real Decreto de 15-2-1930, en dicho gobierno que presidió como alcalde Juan Ramón León Sánchez, aparece como primer Teniente de Alcalde José Fernández Jiménez, nuestro personaje. En abril de 1931 fue elegido concejal por el distrito tercero, cargo que no ejerció pues el 14 de abril se proclamó la II República y en las elecciones municipales de 31 de mayo, no volvió a presentarse.

SUS TRABAJOS Y SUS PROPIEDADES
Ejercía en 1891 el cargo de Maestro de Obra de la Villa, cargo en el que le sucedió su sobrino Joaquín Fernández Jiménez. Alternaba ese trabajo con el negocio de la molienda y comercio del aceite de oliva, en un principio molía en la finca de Lopipa (hoy Urbanización de la Cierva). En esa finca según me dicen los entrevistados, se sacaba el mejor aceite de la comarca. Empezó a ganar dinero y a prosperar y adquirió el antiguo molino del Conde en la actual calle Feria. Por ese tiempo también adquirió una huerta que aún hoy día es conocida como “del marqués” (hoy de la familia Tena). Me acreditan que al no tener desagüe el molino, por carecer la calle de ese servicio, el alpechín y el orujo se trasladaba a dicha huerta. No sé con qué medio llegaba allí, pudiera ser una cañería, ya que no dista mucho del molino a la huerta o bien por medio de una cuba con atracción animal, eso ya nadie lo recuerda. Dicho molino tenía su entrada por la calle Feria y la vivienda que se comunicaba con el molino está situada en la calle Corredera, casa donde vivió hasta sus últimos días “el marqués” y que heredaron sus familiares y fue segregada del molino y vendida a José Martín Muñoz “Roque”.

El molino fue vendido a la Cooperativa Agrícola Industrial del Viso y poco después fue traslado a las instalaciones de CAIVA en la calle Jiménez Muñoz, y en la actualidad está totalmente desmantelado y derruida sus cubiertas, es propiedad de los herederos de Antonio Prada Pineda ‘Confite’. Según me comentan familiares, la huerta fue vendida antes del molino y sus nuevos propietarios seguían recibiendo el alpechín y el orujo, y su dueño volvió a extraer aceite y ganó mucho dinero. Paso ahora al olivar del Marqués, en este olivar que pasó a formar parte de las instalaciones de la Cooperativa Agrícola Industrial del Viso, situado junto al Cerro de las Patitas, donde hoy existe el Colegio público Juan Manuel León Ríos, hubo un acto histórico e importante, según dejó escrito Ramón Jiménez Jiménez ‘Parche’ (familiar del marqués) en su libro “Recuerdos de mi familia” transcribo lo siguiente:

“Por aquéllas fechas, 1930 o principios de 1931, vinieron a decir un mitin en el olivar del Marqués, un cerro que existió donde hoy se halla establecida la Cooperativa Agrícola Industrial del Viso, al final de la calle Jiménez Muñoz. Los oradores eran el doctor Pedro Vallina, el notario Blas Infante y los pilotos Ramón Franco y Pablo Rada”. –

Según figura en el libro que escribió Ramón Jiménez también aparece otro inmueble propiedad de nuestro personaje y aparece en una poesía en la que Ramón en sueños mantiene un dialogo con su padre y le dice los cambios que se han producido en el Viso y que transcribo a continuación:

“… El arroyo de la Meloja
La era de Tío el Marqués
Y la era de Japón,
Donde jugaban antes
Los chavales al balón,
Hoy no se “pué” conocer,
Aquello es un parque grande,
Aquello es un vergel.”

El lugar del vergel es el Parque de la Muela, siguiendo la calle Jazmín en la Urbanización de los Corrales hacia el actual parque de la Muela, justo lindando con la caseta del Costo estaba situada la era del marqués, que después paso a llamarse del Japón. Como hombre emprendedor y de negocios, hay dos posibilidades con respecto a la era, o tenía tierras en la vega donde sembraba cereales o maíz o la tenía para arrendarla en tiempos de la recolección. Fueron noventa años e hizo de todo, desde contratista de obras, maestro de la villa, negociante, político, extractor de aceitunas para sacar aceite con molino propio, y tantas cosas que se han quedado en el olvido tras el paso de los años.

La tarea de escribir sobre ‘El Marqués’ verdaderamente me ha costado bastante tiempo, he podido hacerlo gracias a personas que han sabido quedarse con muchas cosas que le dijeron sus familiares. Quiero agradecer a Rosario Benítez Jiménez (Cocina), nieta del sobrino que le sucedió como maestro de la villa, Miguel López León (Miguel de Roque), Diego López Vergara (Pepe Leche) y en especial a mi prima Rosa López León, biznieta de José Fernández Jiménez, que me ha facilitado la foto y datos familiares. También hago constar que he consultado y sacado buen provecho de dos libros, el primero Recuerdos de mi familia escrito por Ramón Jiménez Jiménez y el segundo El Viso del Alcor Memoria del siglo XX de Baldomero Alba Lara.

José María López