Hace unos días, entre el 11 y el 27 de mayo, tuvo lugar en el Centro Cultural del Corpus Christi la exposición ‘Diego López Sánchez y la custodia procesional de El Viso del Alcor’, coincidiendo con el 150 aniversario del fallecimiento de Diego López, quien costeó dicha obra para nuestro pueblo.
Exposición organizada por el Ayuntamiento junto a la Hermandad Sacramental de los Dolores y Amigos de El Viso, así como por el conservador de la custodia, Fernando Antonio López Moreno, siendo el comisario de esta exposición el profesor y artista Ricardo Jiménez Ruiz.
El día 11 de mayo se inauguró dicho evento, asistieron autoridades civiles, entidades religiosas, familiares de Diego López Sánchez y amigos. El acto lo abriría Marcela González, encargada de dirigirlo; seguidamente intervino Ricardo Jiménez Ruiz que informó del largo proceso de reuniones, agradeció a los colaboradores su aportación y se sintió muy satisfecho del resultado final. A continuación, nuestro Presidente, Baldomero Alba Lara, nos explicó, entre otras cuestiones, la importancia de haber aportado la foto más antigua que se conserva de la custodia, tanto en el templo parroquial como en las procesiones. El siguiente en tomar la palabra fue el Hermano Mayor de la Hermandad Sacramental de los Dolores, JuanGuillermo Bonilla Jiménez, quien nos dio a conocer la relación de Diego López Sánchez con la Hermandad Sacramental. José María López Moreno, Presidente de Honor de nuestra Asociación, habló como miembro de la familia, deber que le designó su hermano y conservador e hizo un resumen de la vida y obras de Don Diego López Sánchez que creemos fue muy importante y que reproducimos a continuación.
“Hablar, y en público, de una persona que se llamó Diego López Sánchez, mi tatarabuelo, que nació entre el final del siglo XVIII y el principio del siglo XIX, es muy difícil, pero gracias a documentos antiguos y la transmisión oral de padres a hijos, he podido reconstruir un poco su trayectoria, sus virtudes y sus creencias.
Nace en El Viso del Alcor en el año 1800, hijo de Diego López Ortiz y Juana Sánchez Sanabria, ambos también naturales de esta villa. En 1828 contrae matrimonio con María Dolores Jiménez Roldán, hija de Juan Alonso y de Juana, así consta en su testamento otorgado en nuestra villa en el año 1861, en esa fecha Diego contaba la edad de 61 años.
El uno de marzo de 1868 falleció y en 1869 sus herederos hacen la partición de herencia, en dicha escritura se acredita que son sus herederos legales su esposa y los siguientes hijos:Juana María, soltera y ciega de 26 años de edad, María Dolores, casada con Platón Jiménez León, Diego, soltero con problemas visuales de 22 años, Emilio, soltero de 20 años de edad, José, soltero de 18 años de edad, Brígida, soltera de 16 años de edad, María del Rosario, soltera de 15años de edad y María de los Milagros, soltera de 11 años de edad.
La vivienda habitual de la familia se sitúa en la actual Plaza del Sacristán Guerrero (casa conocida actualmente por ser donde vivió José Manuel de la Fuente Romero, hoy de sus herederos) antes Plaza del Palacio.
En aquellos años, se empezaron a construir en la calle Real suntuosas casas en una acera con salidas a los Corrales y entradas por dicha calle, y en la otra acera con salidas al camino del Arrecife, hoy calle Corredera. Al ser la fuente principal de ingresos de las familias adineradas la agricultura, las casas cumplían dos objetivos, el primero contar con casas de lujo y el segundo disponer de cuadras por la parte trasera, cocheras para los carros y soberados para almacenar el trigo. Diego López Sánchez, hombre de recursos se construye una casa en la calle Real, en el número 63 actual (casa de Alfonso “negocios”), con una característica muy especial, pues su primera hija era, como antes hemos indicado ciega, además su hijo mayor también tenía problemas de visión (a su familia se le conocía popularmente como los cegatos); construye su casa con un sardinel en la puerta, y de puertas adentro hasta los corrales es totalmente sin ningún escalón, hoy día aún se conserva igual.
Todo esto está recogido en documentos, escrituras, testamento y relación de bienes, en esa escritura en el apartado de alhajas aparece una custodia plateada valorada en 15.000 reales. Al ser custodiada en la casa del custodio de turno, al llegar la Guerra Civil del 36, se salvó del saqueo y destrucción.
La transmisión oral de abuelos a padres y de padres a hijos ha sido y es parte de la historia de las familias, tan importante o quizás más que la que se conserva por escrito.
Fue Diego López Sánchez un hombre muy creyente y buena gente, se le conocía con el sobrenombre de Diego “El Santo”.
Tenía más de 600 fanegas de tierra, olivares, ganados y dinero en efectivo, encargó a su costa una custodia para su uso por la iglesia y Hermandad Sacramental, pero siempre custodiada por la familia. Es costumbre que el custodio fuese el varón mayor de cada generación. Así, de él, pasó a su hijo Emilio (mi bisabuelo), de éste a su hijo Diego (mi abuelo), de éste a su hijo Gil (mi tío), al no tener Gil varones, pues solo tuvo hembras, debía pasar al varón mayor de la siguiente generación, en este caso le correspondía a Diego López León (mi primo, hijo de mi tío Diego y nieto de Juan Manuel León Ríos).
A su fallecimiento, la custodia, tras cinco generaciones, necesitaba una buenarestauración, y la familia cree que es el momento de entregarla a la Hermandad Sacramental; mi hermano Fernando, previa reunión con los herederos, asumió el cargo de custodio, costeando la restauración y ubicando su instalación en la casa de mi hermana María del Carmen; así se sigue la tradición.
Diego López Sánchez, además de sus tierras y bienes, llevaba en arrendamiento gran parte de las tierras propiedad de la Iglesia de nuestro pueblo. Cuando llega la desamortización de Mendizábal, no está conforme, y teniendo dinero efectivo, no creía justo hacerse con las tierras y no asiste a la subasta, pero si compra la casa convento (en la que hoy se expone su historia y la custodia); todo ello con el objeto de que cuando volvieran los frailes tuviesen su casa. Cosa que ocurrió en 1946, volvieron los Mercedarios, pero al no disponer del molino aceitero, ni huerta, ni olivos ni tierras, decidieron no instalarse, ya que no tenían medios para subsistir.
Tras la muerte de Diego López Sánchez, la posesión de la casa convento es una carga muy gravosa el mantenerla, y la familia llega a un acuerdo con el Ayuntamiento, le cede el uso a cambio de su mantenimiento, allí se instala en 1883 el recién creado cuerpo de la Guardia Civil, (de ahí que se le siga llamando para muchos visueños el Cuartel Viejo), allí está hasta el año 1943 que se traslada al nuevo cuartel sito en la calle Real (actual residencia de mayores San Pedro Nolasco).
Luego pasó a ser casa de vecinos, escuelas nacionales, Colegio Libre Adoptado San Pedro Nolasco, Ayuntamiento y actualmente Centro Cultural. En 1956, siendo alcalde Gil López, heredero y custodio, viendo que la familia no podía retomar su propiedad, inicia un expediente de dominio y se hace el Ayuntamiento dueño de la casa convento y del edificio de la portería que durante muchos años estuvo destinado a cárcel del pueblo y vivienda para la familia del carcelero; fue destinada a la delegación de urbanismo y actualmente a la música.
Sus restos fueron enterrados en el antiguo cementerio de San Sebastián y a su clausura se trasladaron al actual cementerio San Francisco, nicho que aún conserva sus restos y está en el corredor de entrada al cementerio. Hace unos años el Ayuntamiento volvió a rehacer los nichos de la entrada, publicaron un edicto a los interesados para su identificación, aquellos que no lo hicieran perderían la propiedad y los restos serían trasladados al osario común. Nuestro pariente Mario Jiménez León y yo, nos presentamos y sus restos fueron trasladados a un nicho nuevo, al terminar la edificación de la entrada, volvimos a colocar los restos y la lápida primitiva que hoy se puede contemplar, soy pues el único heredero viviente que contempló sus restos, unidos a los de su mujer y hermano.
Para terminar esta breve biografía, una meditación: hombre creyente, que creó una numerosa familia, que supo amasar una gran fortuna, que gozaba del cariño de los que le conocieron, que pagó según dejó en su testamento 600 misas por el eterno descanso de su alma. No ha sido recordado por nada de eso, se recuerda después de 150 años de su muerte y de 218 años de su nacimiento por una sola cosa, el acto altruista al pagar una custodia para el Santísimo. Terminó el acto con unas palabras que dirigió nuestra Alcaldesa a los presentes. Igualmente, se entregó a los asistentes un libreto explicativo de la custodia compuesto por ocho páginas, todas ellas ilustradas a color, su autor fue otro descendiente de Diego López Sánchez, se trata de Federico Jaime López, un gran conocedor artístico y cultural de la magnífica custodia.
La Exposición, según nos consta, ha sido la más visitada en lo que va de año. En realidad, no solo se expuso la custodia, se acompañaron cuadros pintados al óleo y dibujos por artistas referente a procesiones del Corpus, objetos referentes a ornamentos religiosos aportados por la Hermandad Sacramental de los Dolores, fotografías procedentes del archivo de Amigos de El Viso, documentos aportados por el actual conservador y carteles editados con motivo de la festividad de Corpus, todo ello instalado a la perfección bajo la batuta de su director y con la ayuda de Arturo Morillo y Eulogio Franco de la Delegación de Cultura de nuestro Ayuntamiento, así como componentes de la Hermandad Sacramental de los Dolores.
TEXTO: José María López Moreno. Presidente de Honor de ACAV