Seguramente nuestros lectores, en más de una ocasión, habrán leído algún texto, algún escrito, algún documento oficial, en el que aparecían referencias a personalidades, a cargos públicos o instituciones, a los que se citaba previamente con una mención honorífica, tales como Excelencia, Ilustrísimo, Excelentísimo…, o fórmulas abreviadas como V.I o V. E, Excmo…
Hoy día, el uso de estos tratamientos honoríficos no resulta un requisito a emplear en documentos de carácter administrativo, restringiéndose a casos de máxima representación público o en documentación protocolaria. Se tiende a una modernización del lenguaje administrativo.
Así en nuestro pueblo, ¿quién no ha visto de un tiempo hacía atrás algún documento del consistorio, algún cartel anunciador…, con la expresión “Excmo. Ayuntamiento de El Viso del Alcor”? La cuestión a tratar en este nuevo artículo para La Voz de El Viso es, ¿de dónde y cuándo procede tal distinción?
Corría el año 1928. La gran mayoría de pueblos se iban afanando en la preparación de actos para homenajear y conmemorar el quinto aniversario de la llegada al poder del general Miguel Primo de Rivera, tras el golpe de Estado de septiembre de 1923. Tal es así, que una de las consignas que se dieron fue la de que en todos los pueblos de España estuviese constituido el partido único del régimen, la Unión Patriótica (de la que en otro número hablaremos de ella en nuestra localidad). El alcalde de El Viso por aquellos entonces era el médico Salvador Fernández, figura que ya hemos tratado en estas páginas anteriormente.
La labor en el Ayuntamiento seguía con el ritmo acostumbrado, pero estaba por llegar algo que, sin duda, alteraría el orden de la vida municipal. Nos estamos refiriendo al Real Decreto de fecha 8 de febrero de 1928, por el cual se concedía a la localidad el título de Excelencia. Aquello debió producir una inmensa alegría en los gestores municipales, quienes, nada más conocer la noticia, y por medio de un telefonema, hicieron llegar en la persona del alcalde la gratitud del pueblo al rey Alfonso XIII así como al ministro de la Gobernación por tal mención.
Días después, el 15 de febrero, se daba cuenta del título recibido en sesión plenaria, donde además se agradeció sumamente la colaboración de Carlos Delgado Brackembury, que era representante de los ayuntamientos en la Asamblea Nacional, así como al alcalde de Alcalá de Guadaira Pedro Gutiérrez Calderón, por similar condición. Tal fueron las muestras de agradecimiento, que se acordó declarar a ambos señores hijos adoptivos de la Villa. Rotulándose la calle Real como “Calle Alfonso XIII” en homenaje al rey.
Baldomero Alba Lara
Profesor de Geografía e Historia