El discurso que prepararon los políticos visueños para pronunciar en el pleno de investidura de este pasado sábado concentró, además de halagos, advertencias y algún que otro tirón de orejas, un arsenal literario del que todos —a excepción de Manuel Ángel Figueroa— hicieron uso para reforzar sus ideas políticas.
Por orden de intervención, Laura Roldán (Cs) parafraseó a Miguel de Cervantes al comienzo de su discurso con «lo que se sabe sentir, se sabe decir», en referencia a su pasión por la política y al compromiso adquirido con los ciudadanos «para hacer que sus vidas mejoren en todos los sentidos». Roldán también hizo suyas las siguientes palabras del escritor mexicano Carlos Fuentes: «Si las instituciones democráticas, y ninguna más cercana que los ayuntamientos, no producen resultados que permitan aminorar las diferencias sociales entre los ciudadanos, no sólo no sirven para nada, sino que más pronto que tarde terminarán volviendo a resurgir los totalitarismos».
Tras Manuel Ángel Figueroa (PP), intervino Pilar Praena (IU), quien subrayó que este último gobierno había demostrado «que otra forma de hacer política es posible» y recordó las palabras del escritor uruguayo Eduardo Galeano: «La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que camine nunca la alcanzaré. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar».
El que más citas literarias pronunció fue el recién nombrado alcalde de El Viso del Alcor, Gabi Santos. Comenzó con la oración «siempre parece imposible hasta que se hace», de Nelson Mandela, en relación al triunfo político del PSOE y a la «gestión pública honesta y transparente» que pretende en su mandato. José Ortega y Gasset también tuvo cabida en el discurso de Santos con la siguiente frase: «Ciudad es ante todo plaza, ágora, discusión, elocuencia».
Algo desafortunada fue la elección del alcalde de un texto apócrifo del «Quijote», de Miguel de Cervantes, que comienza así: «Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho» y al que le siguen una serie de expresiones que no casan con este clásico cervantino del siglo XVII.