El problema del agua potable y su abastecimiento en El Viso (Parte I)

Fuente de la Muela en obras. Imagen: Ayuntamiento El Viso.

Iniciamos un tema, que abordaremos en los próximos meses. Una cuestión que hoy día es un verdadero lujo en cualquier sociedad civilizada y desarrollada, pero que no siempre fue así. Un servicio tan básico y esencial como el del agua potable y su abastecimiento en nuestros domicilios. Hasta bien entrado el siglo XX, la población visueña seguía abasteciéndose del agua de las fuentes públicas y pozos particulares, como hicieran sus antepasados tiempo atrás. Fuentes como las de La Muela o La Alunada se convertirían en el escenario de las actividades cotidianas, punto de encuentro de aguadores y mujeres que iban a lavar, por tanto, las fuentes fueron un elemento esencial en el desarrollo vital de la población.

Los primeros intentos por mejorar las infraestructuras de abastecimiento de aguas comenzaron a fines de 1934, cuando el recién nombrado alcalde republicano José Muñoz Pérez inició las primeras gestiones en Sevilla para dotar a El Viso de agua potable. Incluso se visitó el pueblo de Gelves, que ya contaba en estos años con un proyecto de abastecimiento de aguas y alcantarillado. Pero, estos primeros intentos solo quedarían en deseos y buenas intenciones, porque se tardarían bastantes años más en conseguir este objetivo.

En agosto de 1935 se reiniciaron las gestiones anteriores, dada la urgente necesidad de dotar al pueblo de estos servicios esenciales, pues así se contemplaba en las leyes sanitarias vigentes en ese momento y las cuales el Ayuntamiento estaba obligado a cumplir. Es por eso por lo que se nombró una comisión que se encargase de llevar a cabo este asunto. Con estos proyectos se pretendía también mejorar un poco la situación económica de la población en paro, ya que las obras darían trabajo a un buen número de personas. Además, había que conseguir unas condiciones de salubridad mínimas.

Estas gestiones fueron llevadas directamente por el alcalde con Julio González Martínez de Velasco, el cual se comprometía a la traída de aguas desde una finca de Alcalá de Guadaira, así como de los manantiales limítrofes, realizando conjuntamente las obras de alcantarillado. Este señor también tramitaría toda la documentación necesaria, encargándose de adquirir primas para la acometida de las obras. Explotaría este servicio de aguas como concesionario por el tiempo que se fijara, oscilando las tarifas “… entre los tipos mínimos de 50 céntimos de peseta el metro cúbico y como máximum el de setenta y cinco céntimos de peseta.”

Decíamos que la población se abastecía de las fuentes públicas. En junio de 1936 se clausuró la de La Muela debido a la contaminación de sus aguas, clausura que no obedeció el pueblo. El farmacéutico Pedro de los Santos informaría sobre este respecto, señalando la posibilidad de que se originasen graves problemas sanitarios al desatender dicha orden. Ante esto, el Ayuntamiento colocó carteles avisando al público sobre la no potabilidad del agua. Un mes más tarde, un grupo de vecinos pediría que no se cerrara la fuente, comprometiéndose a utilizarla solamente desde el punto de vista doméstico y para lavar, no para el consumo humano. Un año antes se construyeron pilas en el único lavadero que por entonces había y que era el de La Muela.

El manantial que proporcionaba agua a esta fuente era el de mayor caudal, por lo que se planteó el saneamiento de éste y así dotar al pueblo de un servicio de aguas potables “… por conducción mecánica proveniente de ésta”. Ante esto, un ingeniero de la Diputación de Sevilla realizó una visita con el propósito de inspeccionar cuales eran los medios de abastecimiento y las circunstancias en que se encontraban los cauces abastecedores de las fuentes públicas. Recorrió las vías subterráneas de La Muela, tomando diferentes muestras del agua para que fueran analizadas, siendo el resultado el esperado, eran necesarias llevar a cabo obras de saneamiento, así como el entubado de las aguas para su distribución.

Baldomero Alba Lara
Presidente de ACAV
Profesor de Geografía e Historia