Continuamos con este temo y ahora nos centraremos en una serie de problemas y circunstancias acaecidas en la década de los cuarenta. En el anterior capítulo terminábamos comentando la visita realizada por personal técnico de la Diputación, en plena Guerra civil, para ver cuáles eran las condiciones de abastecimiento y de suministro de una fuente esencial y muy importante para los visueños y visueñas de la época, la Fuente de la Muela, y estudiar su saneamiento. Tema que se retomaría años después, en agosto de 1940.
En esta fecha, el presidente de la Diputación provincial informaba al alcalde sobre un decreto que aparecía en el Boletín Oficial del Estado, en el que se dictaban una serie de normas para la ejecución de obras de abastecimiento de aguas y saneamiento de las poblaciones. Se daban facilidades económicas, por ejemplo, la mitad del coste sería sufragado por el Estado, y se contaba con la colaboración de la Diputación. Parecía el momento oportuno y adecuado para, una vez más, iniciar gestiones. Así, se comenzaría a redactar los proyectos y presupuestos de las obras, ya que los informes del ingeniero director de la sección de vía y obras de la Diputación eran positivos al respecto. Además, la Corporación acordaría conferir todas las competencias a la Diputación, puesto que de este modo las gestiones serían más eficaces en cuánto al abastecimiento de aguas y alcantarillado, que se habían hecho de necesidad imperiosa, sobre todo porque El Viso contaba con una población superior a los 9.000 habitantes. El Ayuntamiento se lamentaba del poco éxito que habían tenido los esfuerzos realizados durante más de un año.
La Confederación Hidrográfica recibió las pertinentes informaciones, por lo que vino otro ingeniero, que estimaba insuficiente el caudal. De este modo, se encargaría realizar estudios y sondeos para aumentar el caudal, teniendo en cuenta que la Corporación contaba en estos momentos con una cantidad económica destinada a los gastos que se originasen con motivo de estos trabajos. Aunque a finales de 1941, esta cantidad no se había gastado, con lo que se uniría a la recogida en los presupuestos de 1942, ya que se consideró insuficiente la mencionada cantidad para realizar los sondeos.
Estas operaciones tendrían buen éxito, ya que en agosto de 1942 el análisis de las aguas procedente de la fuente de La Viña resultó satisfactorio. De este modo, el caudal se veía incrementado para abastecer a la población. Pero un año más tarde, el agua que consumía la población continuaba siendo de mala calidad, y aún no había red de distribución domiciliaría.
En mayo de 1945 ya se habían iniciado las obras de reparación y saneamiento de la única fuente que en estos momentos abastecía al pueblo, la de La Muela, por lo que la alcaldía solicitó al Ayuntamiento de Mairena que los aguadores visueños se pudieran surtir de agua procedente de El Alconchel. El tiempo pasaba, buscándose nuevos lugares que incrementasen el caudal, como por ejemplo al final de la calle Jiménez Muñoz, donde existía la posibilidad de encontrar agua para el abastecimiento, además de manera poca costosa, según los informes del ingeniero director de Vías y Obras provinciales de la Diputación. Durante las décadas siguientes de los 50, 60 y 70, surgirían nuevos problemas por disminución del caudal.
En sesión extraordinaria de 9 de abril de 1948, se aprobó un proyecto de presupuesto para realizar las obras de abastecimiento de agua. La cantidad era de 1.350.000 pesetas, dinero procedente de un crédito que se pidió para la creación de una escuela, de la Diputación y de un nuevo crédito que debía obtenerse del Banco de Crédito Local de España. A partir de ahora comenzarían a ejecutarse las pretendidas obras de abastecimiento.
Baldomero Alba Lara
Presidente de ACAV
Profesor de Geografía e Historia